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Así se comienza el verano

image2Hoy es mi fiesta para darle la bienvenida al verano como la hago todos los años.  Tengo una casa en el  lago y es la temporada que más disfruto.  Me encanta el sol, el agua y que mis amistades vengan a pasarla bien en mi casa.  No solo es frente al lago, pero tambien tengo piscina.  – Todo está arreglado afuera Linda me voy a duchar y a prepararme, este año la fiesta estará mucho mejor porque Alan va a venir – dice mi amiga Pam con mucha emoción.  Alan es un empleado nuevo en la compañía donde trabajamos y a ella le encantó desde el primer día que lo vio.  – De hoy no pasa, con el bikini que me compré va a terminar en mi cama – continúa mientras sube las escaleras.  – Pam, estás loca – respondo riendo y salgo para poner una jarra de sangría en el refrigerador del patio.

De repente escucho que alguien tiene problemas con su lancha, así que bajo hasta el dock donde tengo los jetskis.  – ¿Necesita ayuda? – pregunto casi gritando pero al parecer no me escucha ya que está agachado trabajando en el motor, así que me subo al jetski y llego hasta la lancha.  – Hola – digo cuando me acerco haciendo que la persona se levante rápidamente golpeándose la cabeza.  – Ay disculpe, no le quise asustar – cuando se voltea siento que mis ojos se quieren salir.  ¡El náufrago está buenísimo! – No se preocupe, fui un tonto al levanterme sin mirar – responde tocando donde se golpeó y me doy cuenta que está sangrando.  – ¡Santo cielos se cortó la frente! – digo con preocupación.  – No es nada, es pequeño – dice encogiéndome de hombros.   – Esa es mi casa, lo llevo hasta el dock y así puede trabajar mejor en el motor y también a limpiarse la herida –  ofrezco.  – No quiero causarle ningún problema, no se preocupe – dice.  – No es ninguna molestia, tenga amarrela – insisto lanzándole una cuerda.  Mientras él la amarra a la lancha, yo la aseguro del jetski y nos vamos.  La distancia no es mucha pero voy despacio y con cuidado, al mirar hacia atrás para ver que todo esté bien, noto que el chico no está bien.  Así que acelero un poco para llegar más rápido.

Cuando amarramos la lancha y el jetski al dock le ayudo a bajarse.  – Vamos adentro no se ve bien – le digo.  Él no responde solo continúa caminando aguantando su cabeza. – Siéntese aquí ya regreso – digo y corro a buscar el botiquín de primeros auxilios.  – No cierre los ojos, no se duerma – digo cuando regreso .  Comienzo a darle palmaditas en su rostro y él comienza a reírse.  – No me estoy durmiendo, me ha caído sangre en los ojos – dice avergonzándome.  – Oh por Dios disculpe.  Pensará que soy una loca, déje limpiarle y ponerle una curita, o prefiere hacerlo usted – pregunto.  – No ha sido mi intención hacerla sentir mal, puede continuar – dice sonriendo.  Mientras lo limpio y tiene los ojos cerrados aprovecho y admiro lo guapo que es.  Está sin camisa y tiene un cuerpo espectácular.  – Wow! – dice al abrir sus ojos y encontrarse con mi mirada.  – ¿Le hice daño? – pregunto preocupada, no sé si por estar admirándolo lo he lastimado.  – Para nada, es que usted es muy… – está diciendo cuando Pam lo interrumpe.  – Linda, cómo me queda este bikini? – pregunta bajando las escaleras.  Le queda increíble, ella tiene un cuerpo de mujer latina divino.  – ¿Y ya comezaron a llegar los invitados? – dice ella al verlo.  Y sin dejarme responder me vuelve a preguntar mi opinión del bikini.  – Te queda increíble como siempre – respondo sonriendo.  – ¿Y tú que opinas? – pregunta mirando al náufrago. – Le queda muy bien señorita – responde.  – ¿Señorita?  ¡Que educado! Llámame Pam – dice estrechando su mano.  – Mark mucho gusto – se presenta.  – Bienvenido Mark, ya regreso – dice sonriendo y se marcha.  – Su nombre le va muy bien Linda – dice con sonrisa seductora.  Yo respondo a su comentario desnudándolo con la mirada, soy una chica muy expresiva, dejo entender lo que siento y lo que quiero sin decir una palabra.  Él me mira de la misma manera, nuestras miradas se cruzan en un juego de seducción hasta que el timbre de la puerta nos interrumpe.  Escuchamos que Pam viene corriendo…”Plam, plam,plam” se escuchan las zapatillas bajando por la escaleras.  – Yo abro es Alan – dice ella con emoción haciéndonos reír.

Como ya se siente mejor regresamos a su lancha y lo ayudo hasta que puede arreglarla.  También aprovecho para alimentar la vista viéndolo trabajar.  – Bueno muchas gracias por toda su ayuda – me agradece guiñando un ojo.  ¡Es que me lo quiero devorar! pienso. En ese momento el motor se apaga nuevamente…

Continuará…

 

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